La felicidad es un tema que esta presente en la vida de los seres humanos desde siempre. Muchos pensadores y personajes influyentes se han referido a ella de diferentes maneras, Aristóteles -uno de los padres de la filosofía occidental- la define como el fin mas elevado de la humanidad; Confucio, desde la religión, habla de la felicidad en este mundo y en el mas allá y así, muchos otros se han interesado en definirla y convertirla en un objetivo que hay que alcanzar. Regularmente esta asociada con el éxito, alcanzar objetivos, metas o experimentar placer, sin embargo esta comprobado que muchas personas exitosas una vez logran lo que se han propuesto se siguen sintiendo vacíos y aunque logren experimentar una subida en los niveles de bienestar es algo que no permanece en el tiempo.
En la actualidad se habla incluso de una «ciencia de la felicidad» que aporta herramientas que se pueden aplicar a la vida propia o en los entornos en los que se mueve cada individuo. Martin Seligman -padre de la Psicología Positiva- realizó estudios sobre la gente mas feliz del mundo y descubrió que las relaciones sólidas, tanto románticas, como amistosas o familiares son muy importantes para una vida feliz. Otra cosa clave para la felicidad es la gratitud, no dar por hecho lo que se tiene hace que la conexión con este estado genere una condición de paz y armonía que trae consigo sentirse mas optimista, estar físicamente mas sanos fortaleciendo el sistema inmune. Se trata de apreciar para aumentar el valor de las cosas, de las personas y del entorno donde se vive.
Se tiene la idea de que tener emociones como la tristeza, el enfado o el miedo impiden ser felices pero en realidad ayudan en la búsqueda de la felicidad, la manera como se gestionan estas emociones y como se enfrentan los desafíos de la vida permite ser feliz, incluso, en momentos retadores, lo importante es desarrollar las habilidades y encontrar las herramientas adecuadas para afrontar estas situaciones y seguir avanzando.
La psiquiatra Marian Rojas Estapé dice: «La felicidad no es lo que nos pasa, sino como interpretamos lo que nos pasa«. Se trata de autogestionarse, de autoconocerse y de entender que la felicidad no es una meta sino un estado en el que se decide vivir por voluntad propia disfrutando lo bueno y gestionando lo no tan bueno que la vida presenta.
