Según las estadísticas, cerca de 10 a 15 mujeres -de cada 100- que se encuentran embarazadas, sufren problemas de depresión y ansiedad. Entre los principales factores que se podrían señalar están los sucesos estresantes de su vida y la sensibilidad que tenga con respecto a como vivir esta etapa; los antecedentes de enfermedad mental y si está o estuvo en tratamiento, también pueden ser relevantes; otras de sus preocupaciones pueden estar enfocadas en el cambio de roles -por ejemplo, pasar de ser una mujer trabajadora que sale de casa y desempeña unas labores profesionales, a ser madre y asumir la responsabilidad que conlleva, que le exige un cambio en sus dinámicas-; los cambios en las relaciones con las personas cercanas, los miedos que puedan exacerbarse en este periodo por la salud del bebé, el embarazo o en el parto y la falta de apoyo o el temor a encontrarse sola.
Este es un periodo de la vida en el que la mujer necesita mucho apoyo por parte de su entorno para que logre adaptarse y desarrolle habilidades que le permitan hacer frente a las circunstancias inherentes a la maternidad logrando bienestar y de esta manera, reduciendo la ansiedad y el estrés. Regularmente una persona con este tipo de patologías manifiesta dolores de cabeza, mareos, tensión muscular, agitación, problemas gástricos, insomnio y taquicardias, entre otros, lo que puede traer como consecuencia embarazos de alto riesgo asociados con presión arterial alta, diabetes gestacional, alteraciones del crecimiento intrauterino, preeclampsia, parto prematuro o, incluso, complicaciones en este. Es por ello, que es de vital importancia estar atentos a estos factores de riesgo, aprender a identificarlos y trabajar en estrategias que colaboren en la mejora de la salud mental y física de la embarazada que finalmente traerá consigo la salud para su bebe.
Las siguientes son algunas recomendaciones que pueden ayudar a mantener una adecuada salud mental y emocional durante esta bella etapa de la vida: una alimentación variada y equilibrada; evitar el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas -lo que incluye no fumar-; realizar actividad física moderada, practicar yoga, mindfulness y aprender técnicas de relajación; dejarse ayudar por familiares y amigos en las labores relacionadas con la casa; practicar buenas lecturas y conectar con la naturaleza.
La maternidad es un viaje fascinante lleno de aprendizajes y autoconocimiento que merece ser disfrutado y vivido a plenitud.