El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental.
Un trastorno mental se caracteriza por una alteración clínicamente significativa de la cognición, la regulación de las emociones o el comportamiento de un individuo. En ocasiones, va asociado a angustia o a discapacidad funcional en otras áreas importantes. También se denominan problemas de salud mental, a los trastornos mentales, a las discapacidades psicosociales y otros estados mentales asociados a una angustia considerable, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva.
Los expertos en salud mental coinciden en que la enfermedad COVID-19, además de afectar físicamente a millones de personas, también generó muchos otros millones de problemas mentales a la población mundial. El miedo, la preocupación, la ansiedad y las consultas a los especialistas en general aumentaron de forma alarmante, generalmente caracterizados en un cuadro de estrés, o trastornos de ansiedad, aumento del desgano, tristeza, sensación de decaimiento y, además la alteración del sueño, el insomnio. Esto fundamentalmente fue dado por el cambio de las rutinas, el trabajo, el estudio de los niños, que quedó suspendido o restringido y es que el encierro aumenta significativamente la depresión.
“La pandemia de COVID-19 ha agravado la situación de salud mental en todo el mundo, aumentando los nuevos casos de afecciones de salud mental y empeorando las preexistentes. También ha producido interrupciones significativas en los servicios para trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias. Las poblaciones que históricamente se han enfrentado a una mayor carga de afecciones de salud mental y un acceso reducido al tratamiento se ven afectadas de manera desproporcionada por los impactos de la pandemia en la salud mental” explicó la doctora Valeria El Haj, Directora Nacional de OSPEDYC.
Cuando una persona tiene problemas de salud mental muchas veces se siente aislada, frustrada y abrumada. Todas las áreas de su vida se ven afectadas, incluso su forma de pensar, sentir y actuar.
Estas son algunas de las señales de advertencia: Dejar de compartir con personas o situaciones que solía disfrutar, padecer de trastornos del sueño como el insomnio, tener los niveles de energía muy por debajo de lo normal, consumir drogas o alcohol en exceso, sufrir cambios de humor repentinos que afectan sus relaciones.
La salud mental debe convertirse en una prioridad para todos. El mundo en el que vivimos, donde estamos expuestos a niveles de estrés mucho mayores, nos muestra la necesidad de conocer cómo manejarla para que no afecte nuestro desempeño.
Asimismo, el aumento de los trastornos mentales relacionados con esta dificultad muestra incluso más la importancia de cuidar nuestra mente. Cada vez es más indispensable la implementación de un modelo de prevención y promoción de la salud mental. Es decir, un tratamiento que no solo implique el aspecto farmacológico, sino que contemple factores de cuidado como el apoyo psicosocial, fundamental para manejar adecuadamente estos trastornos, esto puede ayudar a que en un futuro disminuyan notablemente los casos y consecuencias, mejorando la calidad de vida de todos.