El colágeno es la proteína más abundante en nuestro organismo y forma parte de las estructuras de la piel, los huesos y las articulaciones. Con la edad se va perdiendo agudizándose las arrugas y la flacidez e incrementándose las molestias en las articulaciones. Los suplementos de colágeno aseguran compensar esa pérdida y son percibidos como un aliado antienvejecimiento. Son uno de los productos más vendidos y artistas famosos, que han asegurado tomarlos, han contribuido al auge que están viviendo, sin embargo dietistas y nutricionistas aseguran que no son tan eficaces.
Cuando se ingiere un suplemento de colágeno u otra proteína procedente de los alimentos tiene que pasar primero por todo el proceso digestivo. En ese proceso, los jugos gástricos del estómago degradan el colágeno en partes más pequeñas y luego las enzimas digestivas del estómago y del intestino siguen fragmentándolo aún más. Al final, lo único que consigue atravesar la barrera intestinal y pasar al torrente sanguíneo es uno, dos o como máximo tres aminoácidos juntos, pero eso ya no es colágeno. Cuando esos aminoácidos están en la sangre para dirigirse al hígado, el cuerpo no tiene forma de identificar su procedencia; podrían venir de un suplemento de colágeno, de la carne, de las lentejas o de un yogur.
«Pensar que si tomamos suplementos de colágeno acabarán justo en las estructuras de colágeno de la piel o los huesos es un error. Por tanto, es un mito que los suplementos de colágeno sean de ayuda para recuperarnos ante una fractura ósea o para reducir las arrugas y la flacidez del rostro», asegura Anna Costa, doctora en biología y tecnóloga en alimentos y portavoz del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Cataluña España.
Se puede obtener el colágeno necesario a través de la alimentación sin necesidad de tomar suplementos; las carnes, el pescado azul, y los huevos son algunos de los muchos alimentos que contienen esta proteína. Para evitar la perdida de colágeno asociado a la edad los especialistas sugieren evitar todo aquello que lo destruye como por ejemplo:
- Evitar los hidratos de carbono refinados, los ultraprocesados y el azúcar porque provocan picos de glucosa en sangre que ocasionando daño oxidativo, inflamación y muerte celular.
- Un exceso de radiación ultravioleta reduce la producción de colágeno, por lo que se debe evitar el exceso de sol.
- Con el paso de los años el cuerpo pierde la capacidad de mantener a raya los radicales libres, el aumento del consumo de frutas y verduras aporta antioxidantes que secuestran los radicales libres que atacan el metabolismo celular, por lo que se aconseja aumentar su ingesta.
- Consumir una dosis diaria de Vitamina C ayuda a la fabricación de colágeno y es un poderoso antioxidante. Frutas como el kiwi y el pimiento aportan grandes cantidades de esta vitamina al organismo.